sábado, 13 de junio de 2009

SI O SI. NO HAY MAS SALIDA QUE INCORPORAR EL CONCEPTO DE DESARROLLO SUSTENTABLE EN LA PLANIFICACION GUBERNAMENTAL

La comunidad que compone la denominada Comarca de Villa Ventana, en el distrito de Torquinst en el cordón serrano de Ventania en la Provincia de Buenos Aires, libra una denodada batalla para conseguir el abastecimiento continuado de agua.
Florencio Varela en el conurbano bonaerense también mantiene una encarnizada lucha por el líquido elemento. Aunque bien abastecida, el agua que se le provee a la población por medio de ductos no es apta para el consumo.
Dos realidades distintas, un mismo problema.
La primera población no logra, después de una larga búsqueda, que incluyó la participación de equipos de investigadores de las Universidades de La Plata, y ahora de la Universidad del Sur, de técnicos, profesionales y personal de organismos provinciales y de especialistas privados, encontrar el lugar del cual abastecerse sin interrupciones.
En cuanto a Florencio Varela, un análisis hecho por la Universidad de La Plata arroja que, en cuanto al agua potable que suministra la empresa ABSA (Aguas Bonaerenses SA), determinó “niveles preocupantes de contaminación con nitritos y nitratos”. “Estos minerales están en el agua pero elevan sus niveles con la presencia de pesticidas y agroquímicos, afectando fundamentalmente a los niños en gestación y lactantes provocando la llamada ‘enfermedad de los bebes azules’ que se produce por la falta de oxigeno en la sangre. Los adultos también pueden ver perjudicada su salud por el consumo diario de agua contaminada”, explican.
Se podría recolectar, de igual forma, la información sobre innumerables casos de poblaciones que, no tienen resuelto el tema de la provisión de agua, ni del tratamiento de las aguas residuales.
Villa Ventana, contaba según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del 2001 con 446 habitantes (se dice hoy en información turística que rondarían 800), pareciera estar esperanzada en que la solución sería la ubicación del “bolsón” que alguna caprichosa y rara conformación geológica permitiera se forme, debido a la permanencia del agua que el suelo absorbe en “época de lluvias”. Pero no se habla de estudiar los aspectos relacionados con el vuelco de las aguas domiciliarias y su escurrimiento, o lo que es lo mismo, ubicado el lugar del cual "chupar", como se evitaría la contaminación de esos posibles reservorios, y, si se tomara de otros lugares mas alejados, tampoco se ha explicado como se logrará que sea “apta” para el consumo humano (la gran población cercana, Bahía Blanca, que recibe agua de cursos cuyas nacientes están en la zona de Villa Ventana tiene serios problemas en lo que se refiere a caudal y calidad de la misma).
Florencio Varela, que según el mismo censo contaba con 348.970 habitantes, se dice que encontraría solución al problema con el armado de una planta potabilizadora que, captando el agua del Río de La Plata, abastecería a la cada vez mas numerosa población de esa localidad. Lo que no se estudia es por cuanto tiempo servirá el agua del gran río para el consumo. Se soslaya incluir en el estudio la proyección sobre el caudal de desechos domiciliarios, pluviales, industriales que se vuelca al mismo sin tratamiento, y debido a ello por cuanto tiempo podremos utilizarlo como fuente.
Y no es únicamente el tema del consumo. El problema del agua no sólo debe ser considerado bajo la óptica de la supervivencia humana (el mas sinsentido de la permanencia del hombre sobre el planeta), sino que debe incluirse su utilización para el gozo de la existencia (aseo, fines recreativos, industria, etc.).
Y no es solamente dar agua o cloacas a quienes no la tienen. Sino es lograr que el líquido desinado a consumo continúe siendo apta y suficiente y además contemplar en la construcción de cloacas que sus líquidos no vuelquen en los cursos de agua para convertirlos en letales.
Por ejemplo y para que se entienda a que nos estamos refiriendo, utilicemos el ejemplo de Villa Ventana: tenía problemas de abastecimiento cuando sólo unas pocas familias la habitaban y se concluían las primeras obras de quienes, viviendo en Bahía Blanca, construían su lugar de fin de semana (mas o menos mediados de los ochenta). Crecieron los asentamientos de tipo familiar destinado a dicho uso, y el de viviendas permanente de personas que proyectaron su futuro en un medio rural, también llegaron las inversiones que desarrollaron lugares de alojamiento para turistas (básicamente cabañas), y con ello la mejora en los servicios (buenos baños, piletas, flores, lugares verdes, etc.) , lógicamente se expandió el comercio, y se sumó personal que se instala para atención de la afluencia de visitantes. Se planearon mejores formas de vida y de desarrollo en torno a un territorio de indudable belleza escénica, y de apacible funcionamiento.
El agua se tornó un bien cada vez más escaso, hasta que faltó por completo. En el verano del 2008, una “pueblada” llevó a los apacibles habitantes a entrar de manera abrupta al edificio de gobierno municipal pidiendo soluciones: no se contaba con agua apta para el consumo. Las autoridades comunales respondieron con la distribución domiciliaria de botellas de agua potable, y el Gobierno Provincial aportó, con el concurso de la empresa concesionaria del Gran Buenos Aires, un camión cisterna para ser utilizado en el llenado de los depósitos de la Villa con agua proveniente de la toma próxima a Sierra de la Ventana. Pero, lejos de resolverse el problema, complicó el hecho de que las cañerías que mantenían los sedimentos chupados por las bombas entregaban agua contaminada.
El sueño del desarrollo turístico, el de los proyectos de una vida mas saludable de los nuevos habitantes de Villa Ventana corre peligro de naufragio.
Este es el ejemplo concreto y tangible del colapso en el funcionamiento de un núcleo poblacional urbano por la falta de un plan de DESARROLLO SUSTENTABLE..
Sirve para aplicar, a escala, a todos los centros urbanos, cualquiera sea su número, cualquiera sea su ubicación.
En cuanto a uno de los elementos esenciales para la vida, el agua: hay un crecimiento demográfico y económico que eleva el nivel de su requerimiento (tendencia lógica en los asentamientos que se consideran aptos para la permanencia y/o desarrollo humano), pero el colapso en su suministro, pareciera determinar la urgente necesidad de plantear el problema de la urbanización desde la admisión de su complejidad, es decir, apelando a un enfoque sistémico, y con ello el deber de llamar a intervenir a equipos interdisciplinarios de profesionales y técnicos. No hay mas espacios para las improvisaciones.
Ya ha sido advertida la humanidad, desde informes de Naciones Unidas, que la vida será cada vez mas dura para los habitantes en tanto no se logre incorporar como premisa básica para enfrentar estos temas, la planificación y acción en el marco de un posible Desarrollo Sustentable.

Edgardo Enrique Lugones
Subcomisión de Medioambiente Ribereño de la APPRB