Desde nuestros inicios apoyamos y
desarrollamos planes y proyectos relacionados con el eco turismo en el Delta
Berissense, elevando tales trabajos a la esfera de la Administración Comunal.
Ello en razón de que, mantenemos la convicción que, constituyendo esta
actividad una de las patas posibles sobre la cual se puede apoyar el Distrito
para su desarrollo, debería el Municipio asumir el rol indelegable que le toca
, en lo que respecta a la ordenación territorial del sector con potencialidades turísticas no abordadas.
Entonces, creemos, que como acción
primaria, la Administración Local debería enunciar, para lograr el armónico funcionamiento del área, el marco conceptual,
legislativo y técnico, cuyo objeto sería el ordenamiento del
espacio turístico, claro está, en consonancia con la normativa vigente que, emanada de las
instancias superiores (provincia y nación), rigen para las distintas
actividades que se han de desenvolver en el territorio.
Habría que continuar, revisando, ampliando,
profundizando, Planes de Desarrollo
Territoiral anteriormente enunciados.
Hoy en día coexisten emprendimientos productivos
y situaciones que en principio parecen opuestos y/o yuxtapuestos. Tal es el
caso de la preservación del humedal y/o del paisaje y las explotaciones
forestal, de frutales y otros cultivos, así como el funcionamiento de la
terminal portuaria y su crecimiento, entre muchos.
Leyes y reglamentaciones de diferente nivel
institucional marcan pautas que son de innegable aplicación en regiones, lugares y temas bien definidos. Constituyen ejemplo de ello, los humedales enumerados
en la lista Ramsar, los bosques de especies nativas, y las áreas naturales
protegidas reconocidas (parques nacionales, provinciales).
Nuestro distrito es el reinado de la
anomia medioambiental, ello retrasa el desarrollo de las actividades socio económicas necesarias para el lanzamiento turístico. La falta de acción en
el sentido propuesto proyecta un cono de dudas y conflictos sobre la actividad
del hombre y cuanto/como/donde ella afecta y/o afectará al ambiente ribereño.
En muchos casos la controversia entre los que
sostienen diferentes posiciones se ha llevado a la justicia, algunos fallos ordenan "no innovar". Estas medidas judiciales
generalmente ponen en pausa las acciones necesarias para el abordamiento de soluciones
a las necesidades básicas socioeconómicas no atendidas, provocando un
daño mayor al que se pretende neutralizar. La pausa impuesta golpea arteramente
sobre el ecosistema.
Pensamos que se debe establecer el marco
normativo que regule la relación entre turismo y territorio permitiendo el
correcto desarrollo del sector bajo el inexcusable principio de sostenibilidad.
La premisa sería reglamentar el
ordenamiento considerando el factor
socioeconómico, con el planteo de nuevos desarrollos o la readecuación de los
existentes, priorizando el uso racional que se haga del suelo y de los
recursos naturales, con el debido respeto de los elementos primarios y
esenciales para la vida en el planeta.
En el camino de lograr coincidencia entre
la sostenibilidad territorial ambiental y la socioeconómica, se debería, partiendo del estado actual de cosas, considerar el
ecoturismo con la inclusión de las actividades productivas actuales de
raigambre histórica, en el modo de módulos demostrativos, para lo cual haría falta
enunciar como se mantienen, revalorizan y/o suplantan las actuales.
Para la concreción del plan, el Estado debería proveer la infraestructura
necesaria (caminos, pasarelas, puentes, sanitarios, embarcaderos, senderos, etc.) que permitan mantener el flujo de
visitantes y que contribuya a la
compensación de los involucrados durante la reconversión de las actuales explotaciones..
El desafío sería, llegar a la coincidencia de
lo posible, desde las actividades que se desarrollan hoy, y la preservación del
ambiente.
En ese plan se debería contemplar la
mediación en temas, entre otros: el portuario (contenedores vs verde),
explotación de frutales (vides, ciruelos, etc. vs humedal), actividad forestal
(madera vs paisaje protegido), etc.
Edgardo Enrique Lugones
Presidente de la APPRB